A diferencia de la diabetes tipo 1, no todas las personas con diabetes tipo 2 precisan tratamiento con insulina. Pero hay circunstancias especiales en las que, aún teniendo diabetes tipo 2, se debe recibir insulina o, con el tiempo, termina recibiendo insulina como parte del tratamiento. Especialmente cuando, a pesar de hacer cambios en el estilo de vida y de tomar varios medicamentos para la diabetes, los niveles de glucosa en la sangre se mantienen elevados.
¿Qué tipo de insulina debería recibir?
La insulina no viene en comprimidos porque los jugos gástricos del estómago la destruyen durante la digestión. La insulina se la clasifica en qué tan rápido comienza a actuar y cuánto tiempo dura su efecto. Así que tenemos insulinas de acción ultra rápida, que comienzan a actuar a los 15 minutos y duran de 3 a 5 horas, a insulinas de acción ultra lenta, cuyo efecto puede durar todo el día.
El médico puede recomendar uno o más tipos de insulina en función a la frecuencia de las comidas y las fluctuaciones de los niveles de glucosa en la sangre. Si se da el caso en que se tenga que recibir más de un tipo de insulina al mismo tiempo, muchas veces es posible mezclarlas en la misma jeringa, y el médico puede explicar cómo hacerlo.
¿Con qué frecuencia debería recibir la insulina?
Las personas con diabetes tipo 2 generalmente comienzan a recibir una inyección diaria. La frecuencia va a depender de la dieta, la rutina de ejercicios y otros tratamientos. Muchas veces se termina recibiendo hasta 3 o 4 inyecciones por día.
La insulina es muy eficiente en disminuir los niveles de glucosa en la sangre y en mantenerlos estables. Para tener seguridad de estar recibiendo la cantidad correcta, es importante medirse los niveles de glucosa en la sangre con un glucómetro. El médico puede enseñar cómo usar un glucómetro y cómo interpretar los resultados.
¿Cómo inyectar la insulina?
La mayoría de las personas que están con insulina utilizan una aguja y una jeringa para inyectarla bajo la piel (subcutánea). El médico o una enfermera deben mostrar exactamente dónde y cómo hacerlo.
Por lo general la insulina se inyecta en la parte superior del brazo, en la parte anterior o lateral de los muslos o en el abdomen. Es importante inyectarse en la misma parte del cuerpo y a la misma hora cada día, pero en espacios diferentes para evitar que la piel se vuelva gruesa. Por ejemplo, se puede inyectar en el hombro en la mañana, en el abdomen al medio día y en el muslo por la noche.
Ahora ya existen también los bolígrafos de insulina, que todavía implican el uso de agujas, pero son menos dolorosos que las jeringas. Después de enroscar la aguja, que es muy pequeña y fina, se le empuja un émbolo para administrar la dosis deseada de insulina.
También hay la bomba de insulina, que es un dispositivo que se lleva de manera externa, generalmente en el cinturón o en el bolsillo. La insulina pasa a través de un tubito de plástico a una pequeña aguja en la piel, que generalmente está en el abdomen, y se reciben dosis pequeñas y continuas para mantener estables los niveles de glucosa, y se programan dosis mayor de insulina para las comidas.
¿Cómo guardar la insulina?
Generalmente se recomienda refrigerar la insulina. Pero inyectarse una insulina fría puede causar dolor. Lo que se puede hacer es guardar el frasco de insulina que está utilizando a temperatura ambiente (un lugar fresco, en donde no le dé el Sol), y refrigerar la insulina que no haya abierto todavía. La insulina puede durar, a temperatura ambiente, hasta un mes.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.