La memoria es la capacidad que tiene nuestro cerebro de recibir, organizar, almacenar y recuperar información. Por eso, la memoria es fundamental para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. Desde lo más cotidiano, como ducharse o cepillarse los dientes a lo complejo como estudiar un nuevo idioma o aprender a tocar un instrumento. Gracias a la memoria, tomamos decisiones importantes todos los días.
Tenemos varios tipos de memoria. La memoria inmediata, que permite recordar una dirección o un número de teléfono. Pero que después de unos minutos se olvida. (Y ni siquiera trate de recordarlo. ¡Borramos la información!)
También hay una memoria a corto plazo. Esta permite recordar lo que cenamos la noche anterior. Es una memoria que dura varias horas y se recupera con un algún esfuerzo. Ahora, la memoria a largo plazo dura más tiempo. Una vieja pasión, un delicioso momento en la vida, y tantos otros recuerdos …
Además de estas, hay lo que llamamos memoria de procedimientos. Es ahí donde almacenamos los datos que no pueden ser verbalizados como por ejemplo, andar en bicicleta o tocar un instrumento. Y muchas veces realizamos actividades diarias como actos meramente mecánico. Por eso olvidamos con facilidad dónde ponemos la llave de la puerta o del coche.
Lo importante es que todos estos tipos de memoria están ligados a las emociones. Y cuando las emociones son muy positivas, memorizamos con más facilidad. Por eso, el mirar una película o un espectáculo emocionante, ese primer beso… son momentos que estimulan la memoria por mucho tiempo. Son los hechos que consideramos “inolvidables” en la vida.
Como nuestros músculos, la memoria también debe ser ejercitada. Ejercite su cerebro y estimulará su memoria. Hay muchas maneras de ejercitar el cerebro, pero aquí hay va un consejo fácil y divertido: utilice la mano izquierda (los zurdos deben usar la mano derecha) para realizar tareas cotidianas como cepillarse los dientes, lavar los platos o peinarse. Al principio parece extraño y difícil, pero inténtelo y vera que no es imposible. Y cada vez se va haciendo más fácil

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.