1. Para los que tienen estreñimiento. Riquísima en fibra, la linaza ayuda a que funcionen bien los intestinos. Hay una ventaja más: al digerir la linaza se producen nutrientes que estimulan el crecimiento de bacterias «buenas» en el intestino.

2. Para los que tienen riesgo de diabetes. Cuando se ingiere junto con otros alimentos, la linaza produce un «bolo alimentario», que dificulta la absorción de la glucosa. Esto disminuye el pico de la glucosa en la sangre.

3. Para los que tienen el colesterol alto. La linaza es rica en grasas omega 3 que ayudan a disminuir los niveles de LDL, que es el colesterol malo y que forma las placas que pueden obstruir las arterias causando infartos.