1 . Escuche a la persona. Déjela hablar sin interrumpirla. Hablar es una forma de sacar toda la energía generada por una «explosión» de rabia. Escuche con atención, sin críticas o expresiones faciales de desaprobación. Si no esta de acuerdo, espere un poco. No es el momento para discutir.
2 . Evite frases como «Te dije que esto iba a pasar» o «la culpa es toda tuya». En un primer momento, dificilmente las personas están abiertas para reconocer sus errores. Hablar de eso sólo molesta más a la persona que usted desea calmar. Espere el momento adecuado para hablar de lo que pasó. Y entienda que eso puede tardar. Y es necesaria la calma y tranquilidad para hacer una evaluación sincera de lo que pasó exactamente.
3 . El silencio solidario es muchas veces un gran compañero. Si usted no sabe qué decir, simplemente no diga nada. Sólo su calma y compañía amigable ya son un excelente remedio.
Todos tenemos un momento de nervios, pérdida de control o rabia en la vida. Ayude a otros en esos momentos, de la manera que a usted le gustaría que lo ayuden.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.