1. Establezca rutinas para dormir y sígalas todos los días, de preferencia en el mismo horario. Los niños se sienten más seguros y cómodos cuando saben lo que va a suceder. Prepárelos «psicológicamente» para dormir. Deben saber cuándo tienen que ir a la cama. Este es el primer paso.
2. Evite juegos bruscos por lo menos 2 horas antes de acostarse. Leales un cuento o un libro o cuénteles una historia. Ese es un momento muy especial, donde podemos agudizar la imaginación y la inteligencia de los niños, entrando con ellos en un mágico mundo de sueños. ¡Vale la pena!
3. Es normal que los niños tengan miedos. Las sombras suelen confundirse con monstruos o el temor de que haya alguien debajo de la cama. También está el Lobo Feroz, ¿se acuerdan la canción de cuna: “duérmete niño, duérmete ya…que viene el lobo y te comerá”? ja, ja,ja, como no tener miedo. Converse y procure elaborar esos miedos durante el día. Si es necesario, busque ayuda profesional.