El calambre es una contracción involuntaria, prolongada y extremadamente dolorosa de un músculo. Por lo general da en los pies, pantorrilla o el muslo. Lo peor es que no da ninguna señal o advertencia, se produce cuando menos se lo espera. De repente, un músculo se endurece. Sentimos una contracción continua y muy incómoda.

Los calambres pueden ocurrir cuando los niveles de calcio, magnesio y potasio en la sangre están bajos o cuando hay fatiga muscular por un esfuerzo físico. Por eso, cualquiera puede tener calambres. Pero, son más frecuentes en las mujeres embarazadas, en personas sedentarias que comienzan a hacer ejercicio exagerando un poco. El sentarse en una posición incorrecta también puede ser la causa, algunas personas tienen calambres cuando están dormidos y despiertan en medio de la noche con dolor y con el músculo totalmente contraído.

¿Cómo hacemos para disminuir la frecuencia e intensidad de los calambres?

– Haga ejercicio de manera regular.
– Estire bien antes y después de hacer ejercicio y ¡no exagere!
– Manténgase bien hidratada. Ingiera líquidos durante y especialmente después de la actividad física.
– Dé preferencia a los alimentos ricos en calcio (productos lácteos), magnesio (espinacas, berros, frijoles, granos enteros, lentejas y garbanzos) y potasio (plátanos).

¿Qué hacer cuando está con un calambre?

No se desespere, ni se ponga nerviosa. Eso no la mejora en nada. Usted sabe que el calambre va pasar.
Haga un masaje vigoroso en la región afectada, haciendo suficiente fricción para dar calidez. Si le duele mucho, pídale a alguien que la ayude con el masaje.