¿Ha estado alguna vez en un lugar alto y, al mirar hacia abajo, sentir que le tiemblan las piernas o le sudan las manos?
El miedo es un instinto natural que nos protege del peligro. Hay miedos que son comprensibles, por ejemplo si estamos caminando y de pronto aparece un tigre en frente nuestro. Pero hay algunos temores que son un poco irracionales o inexplicables, como cuando lo que se aparece en frente nuestro es un ratón. De verdad hay algunas personas que pierden el control cuando se enfrentan a un animal (ratón), que no plantea riesgo inminente a la vida, como en efecto lo sería si tuviéramos frente a un tigre.
El miedo a las alturas sin el riesgo real de caída puede causar síntomas similares a un ataque de pánico y no hay lógica para explicar su causa, ya que muchas personas se sienten cómodas en aviones u otros lugares altos, siempre y cuando sean lugares cerrados.
El miedo irracional a las alturas se llama acrofobia, es común y se puede vivir con él sin problemas, pero si llega a ser exagerado o altera su vida cotidiana, está indicado el tratamiento, que generalmente consiste en la exposición gradual y, con la orientación profesional adecuada, suele ser muy eficaz.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.