¿Es usted de aquellas personas que siempre creen tener la razón? Yo era así…pero eso no me hacía feliz.

El siempre querer tener la razón generalmente termina con un “perdedor” y un “ganador”, y los efectos son similares a los de una agresión emocional.

No es que uno deba de estar siempre de acuerdo con los demás, sólo debemos aceptar que la posición de los demás es tan valiosa como la de uno…con esa actitud podemos vivir más en paz.

En cualquier relación, si hay alguien que siempre tiene la razón, seguro es que habrá problemas. No es necesario ser adivino para saber que cuando una persona está determinada a ganar todos los argumentos, cualquier relación será dañada, ya que esta actitud interfiere con una comunicación sana, con un proceso compartido de toma de decisiones, destruye la confianza de la otra parte, y evita la igualdad en una relación.

Es arrogante para cualquier persona el pensar que sus opiniones siempre son las correctas y no abrirnos a nuevos puntos de vista. Una de las características de la inteligencia es aceptar que hay cosas que no sabemos y comprender que siempre hay mucho más por aprender. La madurez emocional se demuestra siendo capaces de admitir cuando estamos equivocados, que no tenemos todas las respuestas, y saber que a veces es necesario disculparnos.

Al dejar ir nuestra necesidad de siempre tener la razón o “ganar”, aumentamos enormemente las oportunidades de crear y sostener una relación satisfactoria.

La mejor cualidad que un ser humano puede poseer es la tolerancia. Es lo que nos permite ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Si queremos ser feliz, dejemos de pelear sobre quién tiene la razón y concentrémonos en lo que es más importante, en profundizar los sentimientos de amor, confianza y satisfacción en nuestras relaciones.

Siempre hay tiempo de hacer las cosas diferentes, para aprender, para cambiar. La verdad, yo prefiero ser feliz, pero aprender esto me ha costado mucho.