¿Qué hacer frente a la nueva ola de COVID-19?. A pesar de que todos los indicadores nos dicen de que se nos viene un empeoramiento de la pandemia, las autoridades bolivianas no han implementado medidas similares a las utilizadas para ayudar a frenar la primera ola del virus hace un año. Al parecer piensan que la vacunación incipiente es suficiente para evitar medidas restrictivas, a pesar de que se han adquirido una cantidad poco significativa de vacunas.

A estas alturas de la pandemia, el aumento de la cantidad de casos y hospitalizaciones, ya no genera en las autoridades una reacción contundente. Se podría, por ejemplo, reforzar del uso de barbijos, el distanciamiento físico o el evitar las aglomeraciones de personas. Mínimamente se debería comenzar a realizar una campaña para que las personas restrinjan las reuniones dentro de espacios interiores.

Qué hacer frente a la nueva ola: ¿Proteger a las personas o la economía?

¿Qué hacer frente a la nueva ola de COVID-19?. Es la pregunta que deberían estar haciendo los diversos estamentos de gobierno. Observamos una reticencia política a tomar medidas que afecten la economía nuevamente.

El dilema de optar por proteger a las personas del virus o proteger la economía, es un argumento no válido. Podemos encontrar formas de proteger a las personas y también proteger la economía.

Si no se toman medidas adicionales para disminuir la tasa de contagios, la llegada de esta nueva ola de COVID-19 podría nuevamente saturar al sistema de atención médica.

Se debería considerar una cuarentena corta de unas dos semanas para eliminar el número reproductivo efectivo y, en este espacio de tiempo, realizar un masivo rastreo de contactos. Recordemos que los asintomáticos son los responsables del 80% de los contagios.

Nadie quiere que los bolivianos pierdan sus trabajos o que la economía se hunda. Sin embargo, el coronavirus se está propagando y eso no solo amenaza los medios de vida de las personas, sino que también les puede costar la vida o la de sus seres queridos.

Bolivia no está exenta de lo que pasa en el mundo

En este momento, vemos que muchos países de Europa están luchando con las nuevas variantes del virus. Estas variantes parecen ser más infecciosas, más mortales, y se están propagando por todo el mundo.

Bolivia no esta exenta de lo que pasa en el resto del mundo. Hemos tardado en solicitar las vacunas y las que llegaron fueron muy pocas.

Solo la vacunación masiva nos salvará

El otro aspecto muy preocupante es el hecho de que muchos bolivianos parecen estar más reacios a las vacunas, especialmente los mayores. El problema es que, por cada persona que se atrasa en recibir la vacuna o que prefiere no hacerlo, se dejan más objetivos desprotegidos para que el virus los infecte. Esta vacilación de la vacuna hará que sea más difícil que Bolivia alcance la inmunidad colectiva.

Solamente con el aumento en las tasas de vacunación podremos evitar otras olas del COVID-19. Hay países como Israel que han que han sobrepasado el 60 por ciento de su población que ha recibido la vacuna, en comparación con cerca de un 50 por ciento del Reino Unido y un 9 por ciento de Brasil.

En Bolivia apenas llegamos a un 2% de la población vacunada. Mientras menos personas vacunadas hayan, tendremos una Bolivia más vulnerable. O, si prefiere el lado positivo, mientras mayor vacunación haya, estaremos en una mejor posición para combatir el virus.


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