La presión sanguínea alta incrementa su riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y del cerebro (apoplejía) debido a que contribuye a la aterosclerosis, un estrechamiento de las arterias que van al cerebro y al corazón. Si usted tiene diabetes, las posibilidades de enfermar del corazón aumentan al doble; si usted tiene diabetes y presión arterial alta sus posibilidades de enfermar del corazón se cuadruplican.
La presión sanguínea alta sin control en las personas diabéticas, también aumentan el riesgo de desarrollar o empeorar la retinopatía diabética y nefropatía diabética (enfermedad de los ojos y riñones).
Tan peligrosa como es la presión sanguínea alta, se puede presentar sin síntomas. Por eso es importante averiguar si tiene o no la presión elevada. Si está alta, se debe hacer todo lo posible para bajarla. Si esta normal se debe esforzar para mantenerla así.
La presión sanguínea es la medida de la fuerza de la sangre circulante contra las paredes de la arteria. Cuando la presión sanguínea está alta, las arterias tienen aumentada su resistencia al flujo de la sangre. El corazón tiene que bombear más duro de lo que debe para hacer llegar la sangre a todas partes del cuerpo.
La presión sanguínea se expresa como dos números, por ejemplo 120/70 (120 sobre 70). La presión sistólica (el primer número) es la presión pico cuando el corazón se contrae y bombea sangre fuera del corazón. La presión diastólica (el segundo numero) es cuando el corazón se relaja y permite a la sangre fluir dentro del corazón.
La presión alta es clasificada por grados. Mientras más alta la presión, más alto el riesgo de tener infartos o hemorragias cerebrales, enfermedades cardiacas, de los riñones y de los ojos. La presión sanguínea normal es aquella que se mantiene por debajo de 135/85.
Hay factores de riesgos para desarrollar presión alta que no podemos evitar, como ser la diabetes, la raza o la edad, conforme envejecemos aumentamos el riesgo de tener presión alta.
Pero hay seis cosas que podemos hacer para prevenir la presión alta o bajarla si ya esta alta.
1. Disminuya el consumo de sal: El sodio es un mineral que se encuentra de manera natural en muchas comidas. El sodio ayuda a regular cuánto de fluidos y agua retiene el cuerpo, lo cual afecta a la presión sanguínea. El cuerpo necesita 500 Mg de sodio al día para funcionar, se recomienda el consumo de 2400 Mg al día.
Para bajar su consumo de sal: Quite el salero de la mesa, cocine con hierbas y especies en vez de sal, lea el contenido de sodio en los alimentos enlatados, como verduras sin añadirle sal, utilice sustitutos de la sal.
2. Relajarse: La relajación no necesita ser complicada, haciendo algo que uno disfrute 20 minutos dos veces al día, puede aliviar el estrés y la tensión.
Para bajar el estrés: Lea un libro o revista, haga ejercicio, interaccione con los amigos, báñese en la tina o vaya al sauna, escuche música suave.
3. Sea más activo: El ejercicio regular ayuda a bajar la presión, pero es importante que escoja un ejercicio que disfrute y que visite a su médico primero.
Para ser más activo: camine, nade o ande en bicicleta, utilice las gradas en vez de los ascensores, estacione lejos de los lugares donde va.
4. Alcance y mantenga un peso razonable: Una de las maneras más efectivas para prevenir o bajar la presión alta, es manteniendo un peso adecuado.
Es necesario que tenga un plan nutricional, coma menos grasas, disminuya su consumo de azúcares y sea consciente con el tamaño de las porciones de la comidas que ingiere.
5. No consuma alcohol: Solo se recomienda la ingesta de un vaso al día para las mujeres y dos vasos al día para los hombres y esta recomendación es igual para los diabéticos.
6. No fume: La nicotina contrae los vasos sanguíneos, lo cual hace que el corazón trabaje más duro para poder bombear sangre a través de esos vasos sanguíneos angostos.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.