Es molesto y duele. La persona que tiene sus talones con esas grietas o resquebrajaduras entiende de lo que estoy hablando. Pero ¿Por qué sucede esto?
Los pies sustentan todo nuestro peso. Por eso son muy importantes y merecen que los cuidemos. Normalmente, la piel de los pies está expuesta a muchos roces. Cuando el roce es muy intenso, por ejemplo con el uso de zapatos apretados o incómodos, la piel se va «engrosando» porque es como un mecanismo de defensa.
En algunas zonas del pie pueden aparecer callos. Y eso puede también pasar en el talón en donde hay un engrosamiento de la piel. Además, la piel de los pies se vuelve demasiado seca, ya sea por alguna enfermedad o por la misma edad. La piel engrosada, muy seca y sosteniendo el peso del cuerpo, es una fórmula perfecta para que se fisure. Y cuando la fisura llega a capas más profundas, puede incluso provocar sangrados y mucho dolor.
¿Se puede evitar?
Aquí van cuatro consejos:
1.- Evite calzados apretados e incómodos. Evite tacos muy altos que puedan obstaculizar el movimiento de los pies.
2.- Recuerde de jabonar los pies en el baño, ya que con frecuencia lo olvidamos. Dé preferencia a los jabones cremosos, que hidratan la piel.
3.- Después del baño, mantenga los pies hidratados. Utilice cremas hidratantes, especialmente si su piel es seca. Esto es importante para las personas mayores, debido a que la sequedad de la piel es muy común con la edad.
4.- Cuide de su salud. Algunas enfermedades como por ejemplo la diabetes, pueden afectar la circulación en las piernas. ¡Cuidado con el sobrepeso!
¡Cuide con cariño a esos piecitos que lo sustentan todo el día!

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.