Pare un ratito y vea la cantidad de cosas que hace durante todo el día entre tomar el desayuno, almorzar, cenar, darse una ducha y dormir, tenemos una lista interminable de quehaceres diarios: llevar y recoger a los chicos del colegio, de donde hacen deportes, de su clase de inglés, de música…ayudarles con sus tareas, ir al supermercado; cuidar la casa, lo que muchas veces incluye limpiar, cocinar, lavar y planchar, hablar con los amigos, la familia…¡y encima trabajar fuera de la casa!

¿Ha pensado en hacer todo eso sin organizarse y sin planificar sus actividades? Imposible, ¿no? Por eso tenemos una rutina diaria, que comienza la noche anterior cuando definimos a qué hora vamos a despertar al día siguiente.

¿Y para los niños? ¿Es importante definir una rutina?

¡Claro que sí! Los niños y adolescentes también tienen sus actividades a realizar durante todo el día. Crecer incluye la adquisición de nuevos conocimientos. Hay muchas maneras de aprender: en el colegio, en la práctica de deportes, divirtiéndose o en la convivencia con los amigos.

El establecer una rutina organiza, simplifica y optimiza el aprendizaje diario. Por eso es importante definir la rutina a una edad temprana para los niños. Más que eso: la rutina da una sensación de comodidad y seguridad, necesarias para evolucionar de una manera sana. Los chicos no se sienten «perdidos» y se organizan mentalmente para una determinada actividad programada con antelación. Eso es muy bueno para todos, en todas las edades. Hasta nuestro cuerpo agradece cuando dormimos, despertamos y comemos a la misma hora.

Defina sus rutinas, pero sin normas demasiadas estrictas. Programe sus actividades y las de su familia con tranquilidad.