¿La uña tiene buen gusto? ¡No! Nadie se come las uñas para matar el hambre, pero aun así, a veces ni la piel de alrededor se escapa. A veces, el daño en esas pobres uñas es tan grande que algunas personas hasta ocultan sus manos de vergüenza. ¿Pero si se ve tan feo, por qué tanta gente se come las uñas? Porque es un hábito que generalmente está relacionada con la tensión, estrés, ansiedad o miedo. Comerse las uñas pasa a ser una «válvula de escape» y se convierte en un hábito muy difícil de dejar.

Y el problema no es sólo estético. Cuando llevamos las uñas y los dedos a la boca, con frecuencia provocamos micro lesiones que sangran y disminuyen las defensas naturales de la piel. Esto favorece la aparición de algunas infecciones en los dedos por agentes como hongos o bacterias. Al llevar los dedos a la boca con frecuencia, estos microorganismos también pueden infectar la mucosa oral. ¿Nada saludable, no?

¿Cómo puedo hacer para dejar este hábito?

El primer paso es QUERER parar. Así es. Si la persona no quiere parar, realmente, nada funciona. El segundo paso es intentar entender cuáles son los motivos que le llevan a comerse las uñas. Muchas veces es necesario la ayuda de un profesional para trabajar la excesiva ansiedad. Si usted no puede cambiar la causa del estrés, cambie la válvula de escape. Por ejemplo, ¡la actividad física.! El tercer paso es pasar un esmalte con productos amargos. Sirve de recordatorio de que debemos sacar las uñas y los dedos de la boca.

¡Aprendamos a no descargar las tensiones de la vida cotidiana en nuestras manos!