Me imagino que usted ya habrá escuchado de lo bueno que es la fibra para ir al baño de forma regular y para dar una sensación de llenura. ¿Pero de verdad sabe lo importante que es para nuestra salud?
La fibra también se la utiliza mucho en el tratamiento de la diverticulosis, diabetes y en enfermedades del corazón. La fibra viene en dos formas: solubles e insolubles. La fibra soluble atrae agua y la convierte en gel, retrasando el proceso de la digestión. Puede ayudar a disminuir el colesterol y se encuentra en el salvado de avena, cebada, nueces, semillas, arvejas, lentejas y algunas frutas y verduras.
La fibra insoluble acelera el paso de los alimentos a través del estómago y los intestinos, agregan volumen a las heces, lo que puede ayudar a aliviar tanto al estreñimiento, como la diarrea. La fibra insoluble se encuentra en el salvado de trigo, las verduras y en los granos integrales. La cantidad recomendada de fibra es de 25 a 35 gramos por día. Para asegurarse de consumir la cantidad suficiente, ingiera una variedad de alimentos ricos en fibra, incluyendo frutas, verduras, granos enteros, cereales y guisantes.
Asegúrese de prestar atención en la cantidad de fibra que consume. El consumo excesivo puede causar la formación de gases intestinales, distensión y cólicos abdominales, que generalmente desaparecen una vez que el sistema digestivo se acostumbre al aumento de la fibra, por lo que la adición de fibra en forma gradual a la dieta en lugar de mucho a la vez, puede ayudar a disminuir esos síntomas.
También, demasiada fibra puede interferir con la absorción de minerales como el hierro, el zinc, el magnesio y el calcio, pero los alimentos con alto contenido de fibra generalmente son ricos en minerales.
La próxima vez que esté pensando en comprarse un pollo frito…¡mejor piense en fibra!

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.