El invierno ya llegó y junto con él vienen las enfermedades respiratorias. Quién no ha sufrido de esa molesta sensación de estar ¨agripado¨, que se caracteriza por malestar general, dolores del cuerpo, catarro, dolor de cabeza, etc., no quedan ganas de ir al colegio o al trabajo… ¿y qué es lo primero que hacemos? Tomar medicamentos, muchos de los cuales son antibióticos, pero al tomar antibióticos para cada infección menor que sufrimos, estamos matando miles de bacterias amigables que viven dentro de nosotros.

Nuestro cuerpo es la casa de 400 especies de bacterias amigables. Es difícil pensar que existan bacterias que sean nuestros aliados, pero sí las hay, se encuentran pegadas en las paredes del estómago y del intestino. Hay abundante evidencia científica que demuestra que la flora bacteriana ayuda a la digestión, elimina a los gérmenes patógenos y ayuda a procesar los nutrientes como por ejemplo el ácido fólico. Cuando estas bacterias son destruídas, ya sea por la acción de los antibióticos, el consumo de alcohol, el estrés o la mala alimentación, rápidamente se ven las consecuencias mediante dolores de estómago, diarreas, deficiencias vitamínicas, inflamaciones crónicas e infecciones vaginales.

Nosotros no nacemos con las bacterias amigables, ellos vienen del medio ambiente. Nos encontramos con ellas por primera vez cuando somos bebés a través de la leche materna, otras fuentes de estas bacterias son el yogurt, el suero de la leche, leche fermentada (cuajadilla), y el queso fermentado.Y debido a que estos microbios crecen en azúcares no digeridos, algunos alimentos como la cebolla, el tomate, espárrago, miel, guineos y ajo, ayudan al desarrollo de estas bacterias.

Además de eliminar las bacterias patógenas, la flora bacteriana  mantiene el ambiente ácido para controlarlos. Hay estudios que demuestran que la flora bacteriana ayuda a combatir las infecciones de la vejiga, la vagina y enfermedades sexualmente transmisibles. Algunos investigadores ya están reportando que los lactobacilos ayudan a disminuir los riesgos de infecciones en niños.

La flora bacteriana intestinal también puede mejorar la inflamación causada por las alergias alimentarias, la colitis ulcerativa y el síndrome de colon irritable.

A aquellas personas que han estado sometidos a tratamiento con antibióticos, se les recomienda ingerir yogurt o leche fermentada. También a los que han presentado diarreas, alergias alimentarias, infección intestinal o después de haber ingerido bebidas alcohólicas.

Hay medicamentos que pueden reponer la flora bacteriana perdida, pero antes de ingerirlos debe consultar a su médico.