La glucosa presente en el azúcar libera insulina que, a su vez, ayuda a producir una sustancia llamada serotonina. Esta sustancia nos da la sensación de bienestar y tranquilidad. En otras palabras, el azúcar por sí solo no tranquiliza, pero si puede desencadenar un mecanismo que calme a una persona nerviosa, llorando, etc. ¡Entonces…es verdad que funciona!

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.