Todo el mundo ha sentido ansiedad en algún momento de la vida. La ansiedad forma parte de nuestras emociones, igual que el miedo, los sentimientos de alegría o tristeza, satisfacción o arrepentimiento, la incertidumbre o certeza…¡y tantas otras emociones!
Pero en exceso, la ansiedad se convierte en un problema. Esto siempre ocurre cuando la persona se siente afligida, asustada, nerviosa e impotente. Lo peor es que el cuerpo reacciona físicamente a estas emociones liberando hormonas como la adrenalina. Esto produce sensaciones desagradables como la taquicardia, que es cuando el corazón late tan rápido que parece estar galopando.
Otros síntomas: sudor frío, mareos, desmayos, boca seca, falta de aire, una «bola» en la garganta, dificultad para tragar, temblores de los dedos, sudoración de las manos…
En algún momento, todos hemos sentido esto. Sin embargo, cuando estos síntomas son constantes, recurrentes, casi a diario, sin una razón clara para ello, y eso es posible que sea un problema llamado “Trastorno de Ansiedad”. Eso requiere tratamiento psiquiátrico y, eventualmente, el médico puede recetar medicamentos. Recordando que este tratamiento debe ser individualizado. Lo que funcionó para una persona puede no ser bueno para otra.
¿Puedo evitar los momentos de ansiedad?
Sí. ¿ Y sabe lo que funciona bien? Dos consejos:
1. Aprenda a relajarse. Tomar por lo menos media hora del día para usted. Haga algo que relaje su mente.
2. Ejercicio. Muévase. Simplemente camine media hora al día. Escuche música mientras tanto.
Relajarse y moverse todos los día.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.