Anocheció. Los niños ya cenaron y están de pijama esperando el momento para dormir. Estos son momentos mágicos porque los papás pueden aprovecharlos para hacer una de las cosas más importantes en el desarrollo de los niños: leer o contar una historia.
El leer o contar una historia estimula una de las capacidades humanas más importantes en la preparación de los niños para la vida: la imaginación. Cuando se cuenta o se lee una historia, el niño pasa en ese instante a imaginar a los personajes y las escenas relatadas. Construyendo con su pensamiento mágico una película única. El niño que escucha una historia, va creando en su cabeza, su propia historia. Eso es muy importante para el desarrollo cognitivo porque estimula áreas específicas del cerebro.
Además, cuando los papás cuentan o leen una historia, pasan a formar parte presencial de este mundo imaginario, creando un vínculo esencial en la formación mental de los niños.
Claro que ver los personajes de una historia en una película ya sea en el cine o en la televisión también es interesante. A los niños les encanta y viven emociones importantes. Pero imaginarse a caperucita y al lobo feroz en el bosque o a la bruja entregando la manzana a cenicienta, estimula la imaginación infinitamente.
Si describimos ahorita a la bruja: con una ropa negra, rasgada, con un sombrero púrpura enorme, dedos torcidos, con uñas grandes y verdes, nariz larga, con dientes amarillos y cabello rojo….con seguridad que cada uno habrá imaginado una bruja diferente.
Lea, cuente historias e imagine junto a sus niños. ¡No existen límites para eso!

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.