El sangrado nasal viene en diversas formas y, esta época del año, es cuando se presenta con más frecuencia debido que el aire seco de invierno desplaza al aire cálido y húmedo del otoño.
El sangrado nasal afecta a grandes y chicos y, la manipulación con el dedo es la causa más común, especialmente cuando la sequedad del invierno convierte al moco nasal en costras irritantes que pueden impedir la respiración.
Aunque muchos de los sangrados nasales pueden ser tratados por uno mismo o prevenidos con remedios caseros, el sangrado nasal frecuente no debe ser tomado a la ligera. Pueden ser señal de algún problema más serio, como leucemia, tumores nasales o problemas de la coagulación de la sangre.
En la mayoría de las veces, las hemorragias nasales se originan en la parte frontal de la nariz, donde muchos vasos sanguíneos pequeños calientan el aire que se inhala, cerca de la superficie del tabique nasal (el tejido que separa las dos fosas nasales). Estos sangrados nasales, llamados anteriores, son molestos, pueden ser frecuentes y asustar puesto que, a veces, se pierde mucha sangre.
Sin embargo, las hemorragias nasales anteriores, rara vez son peligrosas. De mayor preocupación son los sangrados nasales que se originan en los vasos sanguíneos más grandes, hacia atrás de la nariz. Se llaman hemorragias nasales posteriores, son poco comunes, severos, potencialmente peligrosos y los remedios caseros no son eficaces. Requieren de pronta atención médica y un tratamiento más elaborado.
Humedecer el aire que respira y mantenerse bien hidratado, sobre todo durante los meses de invierno, es una buena forma de prevenir el sangrado nasal. Se puede también cubrir el interior de las fosas nasales con un gel. Hay que evitar sonarse la nariz con fuerza y estornudar con la boca abierta para evitar el acumulo de una presión indebida sobre los vasos nasales.
La mayoría de las hemorragias nasales leves se pueden controlar fácilmente en casa. No acostarse, mejor sentarse e inclinarse hacia adelante para evitar que la sangre se vaya por la parte posterior de la garganta. Se debe colocar el dedo pulgar y el índice en la parte blanda de la nariz, justo debajo del puente óseo, y apretar la nariz durante 10 minutos sin interrupción.
Para evitar que el sangrado se reinicie, no sonar la nariz poco después, ni agacharse y evitar actividades extenuantes o levantar objetos pesados durante unas horas.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.