El cuerpo utiliza más energía para digerir las proteínas que para digerir las grasas o los carbohidratos. Además, las proteínas dan sensación de llenura por más tiempo y, evitan que aparezcan los picos de elevación del azúcar que generalmente abren el apetito, como por ejemplo después de comer carbohidratos como el pan blanco o papa.