Es mejor no esperar a que los alimentos calientes se enfríen para meterlos en la heladera. El refrigerador está diseñado para enfriar las cosas, así que hagamos que cumpla esa función. Si se deja la comida afuera para que enfríe, da lugar a que las bacterias oportunistas se multipliquen. Así que es mejor llevar la comida a la heladera tan pronto como sea posible.

Cuando guarde la comida todavía caliente en la heladera, asegúrese de taparla para mantener la humedad y evitar que se reseque. Si forma mucha humedad, deje la comida sin tapar un rato para que salga lo caliente y después lo tapar para minimizar la condensación. O, si a usted no le convence guardar la comida cuando esta caliente, puede colocarla en un contenedor con agua fría o hielo para sacarle lo caliente lo más rápido posible antes de guardarlos. Pero, la probabilidad de que las bacterias proliferen aumenta mientras más tiempo se queda expuesta en el medio ambiente.

Para un enfriamiento más rápido se puede dividir la comida en recipientes más pequeños. Especialmente las sopas o porciones grandes como el pollo o carne de res.

Una regla general es mantener calientes los alimentos calientes y fríos los alimentos fríos. Eso suena bastante simple, pero lo que no hay que olvidar aquí es que tanto las comidas frías, como las calientes necesitan ser recalentadas o refrigeradas en el plazo máximo de dos horas y, si la temperatura es mayor a 32 grados celcius, mejor guardarla en una hora para prevenir bacterias que provoquen infecciones.