El autismo infantil es un tema que puede generar muchas dudas y angustias. Por eso, me parece importante aclarar tres puntos:
1. ¿Qué es el autismo?
El autismo infantil es un trastorno crónico que afecta principalmente a tres áreas del desarrollo de un niño: la socialización, la comunicación a través del lenguaje y el comportamiento en la ejecución de diversas actividades. Estas señales suelen aparecer antes de los tres años de edad.
2. ¿Cuando sospechar? ¿Cuáles son las señales de alerta?
El diagnóstico de autismo es puramente clínico. Eso quiere decir que no hay exámenes de laboratorio que lo confirmen. Por eso, no debe haber una banalización del diagnóstico. Sólo un profesional cualificado es quien puede definir si un niño es o no portador de autismo. Aquí van algunas de las características del niño autista :
– Dificultad en las relaciones con otras personas: el niño autista no mira a los ojos, prefiere quedarse solo, jugar solo y muchas veces busca el aislamiento. No le gusta compartir placer, intereses o logros. No hay reciprocidad emocional, es decir, el niño no reacciona a una apelación emocional.
– Dificultad para hablar y falta de interés en hacerse entender por mímica o lenguaje corporal. Los niños que ya hablan tiene dificultades en mantener una conversación.
– La repetición de patrones en el juego, es decir, tener movimientos repetitivos con los juguetes. También se observan gestos constantes y repetitivas de partes del cuerpo, por ejemplo, torcer repetidamente los dedos de las manos .
Una vez más, recuerde que el diagnóstico es complejo y debe ser realizado preferentemente por un equipo de profesionales especializados como psiquiatra, neurólogo, fonoaudiólogo, y psicólogo. El autismo es un trastorno que tiene diversos grados y puede ser leve, moderado o grave .
3. ¿Qué hacer después del diagnóstico? ¿Hay tratamiento con remedios ?
El tratamiento con remedios es muy limitado, y ciertos medicamentos están indicados sólo en situaciones específicas. Lo más importante es orientar a la familia y estimular al niño, tratando de readaptarlo a su entorno social. Esto puede parecer fácil, pero no lo es.
Por eso, cuanto más tempranos son identificados los síntomas, más rápido se pueden comenzar las intervenciones y más eficiente será el tratamiento. Y el diagnóstico precoz sólo se produce cuando las personas que cuidan de los niños, padres, maestros, familiares, amigos o médicos, están atentos y conscientes a estas señales. El conocimiento es uno de nuestros bienes más preciados

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.