Creo que todos alguna vez hemos deseado tener un cuerpo hermoso. Pero el significado de lo que es un cuerpo hermoso difiere de persona a otra. Algunas mujeres piensan que se verían más bonitas si tuvieran un mejor tamaño de los glúteos o el busto, algunos hombres serían felices si tuvieran mayor masa muscular y poca grasa.
Dentro de este universo de deseos, actualmente estamos viendo a muchos jóvenes que van al gimnasio a «trabajar» su propio cuerpo para tener músculos bien definidos, o rendir mejor en determinados deportes. Sólo que no es una tarea fácil. Se requiere de una disciplina férrea e incansable de ejercicio y dieta, así como mucha fuerza de voluntad.
Aquí es donde entran en escena los «facilitadores» de esta actividad. Algunos instructores de gimnasios, en su afán de ganar unos pesos más, ofrecen esteroides anabólicos como una vía rápida para alcanzar esos objetivos. Sólo que esta «vía rápida» puede tener graves consecuencias para el cuerpo humano. Incluso pueder ser fatal.
Los «esteroides anabólicos» son hormonas. Generalmente derivadas de la hormona masculina que es la testosterona.
¿Cómo actúan?
Los músculos crecen rápidamente, aumentando de tamaño y fuerza. De ahí que mejoran el rendimiento deportivo y la apariencia física. Pero este resultado implica necesariamente efectos secundarios peligrosos para la salud.
En las mujeres, hace que la voz se vuelva gruesa, aumenta el tamaño del clítoris, salen pelos en la cara y el ciclo menstrual se vuelve irregular. En los hombres, hay una disminución en la producción de espermatozoides y atrofia de los testículos, Puede también producir aumento del tamaño de los pechos. Se cae el cabello. En los adolescentes, el crecimiento se ve comprometido y queda con menor talla. El comportamiento se vuelve más agresivo.
Los anabólicos también pueden hacer daño al corazón, que también es un músculo, aumentando de manera anormal el tamaño del ventrículo izquierdo. La presión arterial aumenta. El colesterol malo se eleva. Afecta el funcionamiento del hígado.
Resumiendo: tomar esteroides anabólicos sin necesidad y sin prescripción médica, es como una bomba de tiempo que viene en cápsulas o ampollas inyectables, que puede explotar dentro de uno en cualquier momento y cuando menos lo espere.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.