Los perros tienen un infinito amor y una fidelidad «canina» con sus dueños. Y lo demuestran de varias maneras. Mueven la cola, corren y…lamen. Principalmente con los niños, que encuentran la sensación divertida y les causa risa… y a los perros les encanta, puesto que se sienten estimulados.
Los papás se ven en “figurillas” y no saben cómo reaccionar. Si permitir o evitar esta demostración de amor.
La boca de los perros esta llena de diferentes tipos de microorganismos, entre las cuales destacan las bacterias. Si lamen de forma intensas y constantes y si hubiera algún tipo de lesión en la piel, existe una gran posibilidad de contaminación. Por ejemplo puede venir una infección bacteriana de la piel llamada “impétigo”.
Sin embargo, si el perro lame la cara en forma esporádicas y si la piel estuviera intacta, hay menos posibilidades de contaminación. El sentido común, sin embargo, hace que tratemos de evitar las lamidas directas en la boca.
Lo más sensato en estas circunstancias es tratar de evitar que este tipo de juegos se conviertan en una rutina. Como no es una acción libre de riesgo, se sugiere evitar que los niños sean lamidos en la cara.
Las demostraciones de amor verdadero son hermosas y siempre bienvenidas. Pero cuando se trata de lamidas caninas, mejor es tener un poco de cuidado.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.