Resulta que el tamaño sí importa y más grande no siempre es mejor. Cuando algunos de los órganos del cuerpo aumentan de tamaño, suele ser como resultado de problemas de salud que no deben ignorarse. Sepa qué síntomas buscar y qué podrían estarle diciendo sobre su salud.

Cerebro agrandado: el cerebro del hombre es 10% más grande que el de la mujer (aunque eso no lo hace más inteligente), si bien el tamaño en sí no es motivo de preocupación, la inflamación del cerebro es grave. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, mareo, respiración irregular, pérdida de memoria y vómitos.

Corazón agrandado: un corazón aumentado de tamaño es una señal de daño muscular, generalmente causado por presión arterial elevada, debilitamiento del músculo cardíaco que puede ser hereditario, problemas de las válvulas cardíacas o por enfermedad de las arterias coronarias. Hay tratamientos que son muy útiles y evitarán que siga creciendo o disminuya de tamaño. La consecuencia del agrandamiento del corazón no tratado puede ser la insuficiencia cardíaca.

Bazo agrandado: este órgano poco apreciado realiza varias funciones, incluida la eliminación de células sanguíneas muertas y la producción de glóbulos blancos que combaten las bacterias. Ubicado justo debajo de la caja torácica izquierda, el bazo puede agrandarse por varias razones, entre ellas, infección, enfermedad del hígado y algunos tipos de cáncer. Por lo general, solo se lo diagnostica después de un examen, ya que no suele causar ningún síntoma.

Pene hinchado: un pene inflamado (balanitis) implica una inflamación del prepucio o la cabeza del pene. Esto puede deberse a una infección por hongos o una enfermedad de transmisión sexual. Aparte de la hinchazón, los síntomas de la infección pueden incluir dolor, enrojecimiento, picazón y dolor al orinar. Durante el tratamiento, debe abstenerse de tener relaciones sexuales o usar un condón. Las enfermedades de transmisión sexual que causan hinchazón pueden ser herpes, clamidia o sífilis.

Próstata agrandada: la próstata tiende a crecer después de los 40 años como resultado de hormonas masculinas, factores de crecimiento y otras vías de señalización celular. A medida que crece, la uretra se puede comprimir, lo que dificulta la micción y el vaciado completo de la vejiga. Esto puede provocar infecciones del tracto urinario, cálculos en la vejiga y posible daño a la vejiga o al riñón. Los problemas de la próstata también pueden causar problemas sexuales, incluida la disfunción eréctil.