Los médicos son un grupo de profesionales interesados en la ciencia y en el bienestar de sus pacientes. La medicina es una carrera larga, difícil, pero sobre todo humana. Una vez formado, el médico debe tener intereses altruistas y una gran capacidad intelectual.

Muchas veces no existe una buena comunicación entre el médico y su paciente debido a la percepción diferente que cada uno tiene con respecto a la medicina.

Para el médico la enfermedad es un proceso que puede ser medido y entendido a través  de exámenes de laboratorio y observación clínica. Para el paciente la enfermedad es la alteración de su estilo de vida, es un motivo de preocupación que le trae angustia.

Los médicos se ocupan más en mantenerse actualizados con los rápidos avances de la ciencia médica, que en intentar comprender los sentimientos y preocupaciones de los pacientes. Para los pacientes, la satisfacción viene primero con la sensación de ser escuchados y comprendidos.

El médico no presta mucha atención a la salud emocional del paciente, se enfoca más en los aspectos que tienen una relación directa con su problema de salud o sea en aspectos más técnicos.

Hay ciertos tipos de pacientes que suelen ser frustrantes para los médicos y que predisponen a una relación poco constructiva, por ejemplo: Los que no cumplen las indicaciones médicas, los que mienten, los que no están de acuerdo o no confían en el médico, los que tocan muchos problemas en una sola visita, los que son muy absorbentes o exigentes.

Hasta no hace muchos años, la confianza depositada en los médicos era algo completo. Lo que decía el médico se tomaba como un dogma sin posibilidad de error. El médico informaba y el paciente aceptaba. Actualmente es triste ver como se ha perdido la estrecha relación que antes había entre el médico y su paciente. Es necesario que todos volvamos a la fantasía de lo que era antes. El paciente debe ver y entender lo humano que es el médico y a su vez aprender a aceptar y afrontar con humildad y determinación su enfermedad. El médico a su vez debe llenarse de bondad para captar la angustia del paciente y sus familiares, debe entregar lo mejor de sí mismo para que el enfermo vea en él un ser humano que siente, sufre y aplica sus conocimientos en beneficio de aquella persona que lo necesita.

Para que exista una buena relación entre el médico y el paciente, debe haber respeto mutuo, una actitud abierta, positiva y humana. Tanto el médico como el paciente al final salen beneficiados. El paciente porque con esta relación recibe consuelo, alivio y recupera su salud, teniendo en cuenta que el alivio y el consuelo probablemente son lo más importante y requieren de una relación humana profunda, más espiritual que científica. El médico también se beneficia de ésta relación porque se enriquece espiritualmente en la medida que se proyecte positivamente hacia sus pacientes, va adquiriendo experiencia con cada paciente que atiende, puede aprovechar la oportunidad para enriquecerse científicamente  además de recibir un beneficio económico por su actividad.