Las enfermedades autoinmunes, son un grupo de malestares crónicos y debilitantes, que, hasta recientemente, han sido mal diagnosticadas y muy poco entendidas.

Muchas veces se observan casos de personas que sufren síntomas incomprensibles y dolorosos, pero que los médicos no saben exactamente que es lo que esta mal, incluso dando a entender que es un problema psicológico. Así que van de un médico a otro, desesperados por un nombre para su problema, una cura para su dolor.

Las enfermedades autoinmunes son más de ochenta y tienen una cosa en común: un sistema autoinmune que no funciona bien y ataca a los tejidos sanos del cuerpo. Normalmente, las células inmunes producen anticuerpos, los cuales son sustancias que luchan contra los virus, bacterias y otras células extrañas que hayan ingresado al organismo. Pero cuando las células inmunes se equivocan e identifican a las proteínas de su propio cuerpo como si fueran extrañas, estas producen autoanticuerpos que atacan las células y tejido que están sanos.

Los autoanticuerpos pueden atacar órganos específicos, tales como la tiroides (enfermedad de Graves). Pero también pueden atacar a muchas partes del cuerpo al mismo tiempo, como sucede por ejemplo con el lupus eritematoso sistémico (conocido como “lupus”).

Miles de Bolivianos padecen de enfermedades autoinmunes y el 75% son mujeres. Muchas de estas enfermedades pueden causar dolor, infertilidad, desfiguración e incluso la muerte. Juntas, las enfermedades autoinmunes son la causa más importante de incapacidad en las mujeres.

Estas enfermedades, a pesar de su prevalencia e impacto devastador, están entre las menos estudiadas, más difíciles de diagnosticar y más física y emocionalmente dolorosas.

En muchos casos estos síntomas se desarrollan gradualmente durante varios años y son tan sutiles que las personas no se dan cuenta. Cuando buscan atención médica, sus quejas pueden no ser tomadas en cuenta por el médico. En un estudio, más del 65% de las personas en estadios tempranos de su enfermedad fueron clasificados como hipocondríacos.

Entre las enfermedades autoinmunes más comunes tenemos: Enfermedad de addison, enfermedad de graves, diabetes mellitus tipo 1, tiroiditis de hashimoto, miastenia gravis, esclerosis múltiple, cirrosis biliar primaria, endometriosis, fibromialgia, síndrome de sjogren, lupus erirtematoso sistémico, escleroderma, artritis reumatoides, colitis ulcerativa, dermatomiositis, enfermedad de crohn, síndrome de anticuerpos antifosfolípidos, anemia perniciosa, etc.

La artritis reumatoides y el lupus eritematoso sistémico son dos ejemplos clásicos de enfermedades autoinmunes.

En la artritis reumatoides, las células inmunes invaden el revestimiento de las articulaciones, causando inflamación, enrojecimiento y acumulo de líquidos. Cómo resultado ocurre un daño severo en los cartílagos, tendones, ligamentos y hueso, que a menudo lleva a deformidades e incapacidades. Generalmente el primer síntoma es la rigidez dolorosa matutina,  predominio en las pequeñas articulaciones de las manos y las muñecas, pero cualquier articulación puede ser afectada.

Con el lupus, algunas mujeres pueden experimentar síntoma vagos que incluyen picazones, dolor e hinchazón en las articulaciones, dolor de cabeza, lesiones de la piel, sensibilidad al sol y fatiga importante durante meses o años antes de que se le haga un diagnóstico formal. Cuando va al médico presenta una erupción rojiza como mariposa en las mejillas y en el puente de la nariz, o una erupción en áreas de la piel expuestas al sol. El lupus puede afectar las articulaciones, piel, riñones, pulmones, corazón y otros órganos.

Los objetivos del tratamiento son reducir los síntomas y controlar el proceso autoinmune, a la vez que se mantiene la capacidad de combatir la enfermedad. Los síntomas se tratan de acuerdo con el tipo y la severidad de la enfermedad.