El dolor de garganta es un síntoma, no una enfermedad y puede venir como consecuencia de: irritaciones (hablar en exceso, cantar o gritar, fumar cigarrillos, exposición a gases tóxicos, o el dormir en un cuarto con aire muy seco), alergias, infecciones virales o bacterianas (resfríos, influenza, infección por estreptococos, mononucleosis, sinusitis).

La mayoría de los dolores de garganta desaparecen en pocos días sin tratamiento ya que generalmente son causados por virus. Solamente el tiempo y el tratamiento sintomático le aliviarán las molestias, aunque algunos requieren nomás ir al médico.

Independientemente de la causa del dolor de garganta, se puede disminuir la molestia siguiendo las siguientes recomendaciones: Hacer gárgaras (cada 4 horas) de agua con sal (media cucharada de sal en un vaso de agua tibia), tomar paracetamol o aspirina cada 6 u 8 horas, ingerir mucho líquido (especialmente tibios), chupar caramelos, humidificar el cuarto tendiendo sabanas mojadas o usar nebulizador con agua y lo más importante, descansar.