¿Se ha fijado cómo algunas personas se animan o prestan más atención cuando toman una taza de café? A otros se les hace difícil poder dormir después de un cafecito en la noche. El café tiene este efecto debido a la presencia de la cafeína, que es un estimulante.
La cafeína llega a nuestro cerebro unos 20 minutos después de ingerir el café. Allí, la cafeína toma el lugar de algunos receptores y envían un mensaje diciendo que el cuerpo debe entrar en estado de alerta. Por eso, libera adrenalina que nos prepara para una «lucha»: el corazón late más rápido, la respiración se acelera, la presión arterial se eleva, el flujo de sangre a los músculos aumenta y la pupila se dilata.
Quedamos preparados para enfrentar el día. Pero la tolerancia a la cafeína cambia de persona a persona. Algunos pueden toma café el día entero y no se sienten estimulados. Otros toman sólo un pequeño expresso y ya sienten que el corazón late más rápido. Así que mejor es saber cómo responde uno y respetar sus límites. Si el café le quita el sueño, evite tomarlo después de las cuatro de la tarde.
Pero el café no es sólo la cafeína. Tiene antioxidantes que ayudan a que nuestras células funcionen mejor y también ayuda a la liberación de dopamina, el neurotransmisor del bienestar. Un estudio americano muy consistente demostró que los bebedores de café viven más tiempo.
Así podemos ver que el café es bueno y la dosis diaria de cada uno puede ser diferente. Disfrute del invierno con un delicioso cafecito caliente y con la cantidad correcta para usted.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.