El ayuno es una práctica antigua, mucha gente la realiza por razones religiosas, pero el ayuno para bajar de peso captura la imaginación de muchas personas que quieren una solución rápida para bajar de peso.
Sin lugar a dudas que el ayuno (comer poco o ningún alimento) dará lugar a la pérdida de peso, al menos en el corto plazo. Pero los riesgos son mucho mayores a los beneficios y, en última instancia, el ayuno puede causar más daño que bien.
Los planes de pérdida de peso a través del ayuno son variables, pero la premisa básica por lo general comienza con un estricto régimen permitiendo sólo agua, jugo y/o una especie de laxante. Algunos planes permiten a unos pocos alimentos sólidos, pero siguen siendo de ayuno, debido a que proporcionan tan pocas calorías.
No todos los ayunos creados son iguales. Algunos pueden ser perfectamente seguros, como ayunos prescritos y supervisados por un médico. Los ayunos religiosos se realizan normalmente como un acto de devoción, duran 24 a 48 horas, y no están destinados a promover la pérdida de peso. Aunque las personas de edad, los que tienen una enfermedad crónica, las mujeres embarazadas y los niños, no deberían de hacer ningún tipo de ayuno.
El verdadero peligro radica en permanecer en ayuno por mucho tiempo, es decir, de tres días a un mes. En estos casos, los problemas más comunes que se observan son: mareos, dolores de cabeza, bajo nivel de azúcar en la sangre, dolores musculares, debilidad y fatiga. El ayuno prolongado puede conducir a la anemia, baja de las defensas, problemas del hígado, riñones y corazón. También puede dar lugar a deficiencias de vitaminas y minerales, la degradación muscular y diarrea. Estos riesgos son peores mientras más largo es el ayuno, o si se realiza el ayuno de manera repetitiva.
Es mejor realizar un plan de alimentación y actividad física equilibrada para bajar de peso sin riesgos para su salud.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.