Fue un día intenso del niño. Estuvo jugando con sus amigos. Por la noche, se espera que después del baño y la cena caiga redondito a la cama y duerma profundamente. Pero…un ratos más tarde, llama a sus padres quejándose de dolor en las piernas. Mucho dolor. Un dolor inespecífico, difuso, generalmente en la región del muslo, sin mucha explicación.
Los papás confundidos encienden la luz, observan y no ven nada. No hay señales de picadura de insectos, zonas más rojas, hinchadas o contracturadas. Y lo más interesante es que los papás, angustiados con las quejas de su hijo, comienzan, instintivamente, a realizar masajes en la región dolorida.. Y para grata sorpresa de todos…el dolor mejora. Y por fin los papás pueden dormir tranquilos. Al día siguiente el niño se levanta como si nada hubiera pasado.
¿Le suena familiar? Es probable que su hijo tenga dolores del crecimiento, algo que sucede en aproximadamente el 25 % al 40 % de los niños. Por lo general aparecen durante la primera infancia entre los 3 y 5 años, y entre los 8 y los 12 años.
No existen pruebas contundentes que demuestren que el crecimiento de los huesos provoca dolor. Las causas más probables son los dolores y los malestares que se producen por saltar, trepar y correr, algo que los niños realizan durante el día. Los dolores pueden aparecer después de que un niño haya tenido una jornada con actividad física.
Los dolores de crecimiento siempre se concentran en los músculos, y no en las articulaciones. La mayoría de los niños informan tener dolores en la parte delantera de los muslos, en las piernas o detrás de las rodillas. Si bien los dolores de crecimiento suelen aparecer a última hora de la tarde o en la nochecita antes de acostarse, a veces el dolor puede despertar a un niño que está dormido. La intensidad del dolor varía según el niño, y la mayoría no siente los dolores todos los días.
Aunque los dolores de crecimiento suelen indicar la presencia de una molestia que no reviste gravedad, pueden ser molestos para un niño o sus papás. Puesto que parece que los dolores del niño se han curado por completo por la mañana, los padres suelen sospechar que el niño está fingiendo. Sin embargo, este no suele ser el caso. El apoyo y la seguridad de que los dolores de crecimiento pasarán a medida que los niños crezcan puede ayudarlos a que se relajen.
De cualquier manera, siempre es importante hacer evaluar al niño con su médico pediatra.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.