En Bolivia cada año se diagnostican cientos de casos nuevos de niños y adultos con enfermedad terminal de los riñones, personas potencialmente curables con un transplante renal, sin embargo una mínima parte de ellos, se logran transplantar con riñones donados por alguno de sus padres, hermanos o familiares cercanos, el resto se coloca en la inmensa lista de espera nacional de riñón de cadáver, la mayoría de los cuáles nunca serán transplantados por falta de donaciones de órganos en nuestro medio.

En Bolivia existen también otros cientos de personas con enfermedad terminal del hígado o el corazón, muchos de ellos son niños. Para la mayoría de estas personas, la única alternativa de vida es un transplante de órgano.

Ninguno de nosotros esta exento de presentar alguna de estas enfermedades en algún momento o tener la desgracia que se presenten en algún miembro de nuestra familia.

Las personas, que padecen de insuficiencias orgánicas, no pueden disfrutar de la vida plenamente, la mayoría son poco productivos y dependen de medicamentos y de aparatos como la maquina de hemodiálisis para mantenerse ¨con vida¨, si a eso se le puede llamar vida. Sin embargo se los podría ayudar a vivir en todo el sentido de la palabra, con un poco de bondad, donando sus órganos cuando ya no los necesite.

En nuestro país una de las principales causas de muerte son los accidentes en las vías públicas (choques, atropellamientos, violencia, etc.), un gran porcentaje de ellos, desarrollan la muerte cerebral horas o días antes de tener un paro cardiaco, estas personas desgraciadamente ya irreversiblemente muertas (con muerte cerebral) y que se mantienen con latidos cardiacos y respiración artificial por medio de aparatos mecánicos y medicamentos, son los mejores donadores de órganos ya que eran personas sanas antes del accidente. Otras enfermedades que pueden llevar a la muerte cerebral son tumores cerebrales o hemorragias cerebrales espontáneas. Al donar sus órganos, permite que muchas personas que viven en condiciones infrahumanas recobren la esperanza de vida y el gusto por vivirla.

En nuestro país tenemos personas con la máxima calidad humana y ética que luchan por brindar una oportunidad a los enfermos terminales, solicitando la donación de órganos. Por otro lado, existen expertos que con toda la infraestructura científica y tecnológica para diagnosticar certera e inequívocamente la muerte cerebral con todos los puntos que la ciencia médica y nuestras leyes exigen.

El pueblo Boliviano y especialmente el cruceño se ha caracterizado por su espirito bondadoso y caritativo, sin embargo los bajos índices de donación de órganos son notorios y se deben en parte a la influencia de aspectos culturales hacia la donación y, principalmente por la falta de información al público en general y al mismo gremio médico por lo que hay muy escasa solicitud de donaciones a los familiares de una persona en muerte cerebral.

La mejor manera de hacerse en vida donador de órganos, es hablando con sus seres queridos haciéndoles saber su decisión de donar sus órganos cuando ya no les sirvan, para que si llegara la ocasión respeten su deseo.

 

Dr. Douglas Villarroel Z.

Endocrinólogo