La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que conlleva el riesgo de padecer complicaciones tanto agudas como crónicas y que se asocia a altos costos personales y económicos para quienes la sufren, sus familias y la sociedad.

Tipo de costos

  • Costos directos: Son los que derivan de las hospitalizaciones, consultas médicas, costos de medicamentos, glucemias con glucómetro, estudios de laboratorios y otras pruebas médicas. Son fáciles de registrar y de medir.
  • Costos indirectos: Comprenden las pérdidas de productividad a corto plazo causadas por la enfermedad, jubilación anticipada y muerte precoz antes de la jubilación. También incluirían los gastos derivados de que los familiares falten a trabajar para acompañar a los pacientes a las consultas o cuando se quedan en casa cuidándolos, además de gastos de transporte a las consultas con el médico.
    Estos costos son más difíciles de registrar (dada la dificultad de asignar valores monetarios a estos parámetros), son menos analizados y, por ello, menos conocidos.
  • Costos psicológicos o intangibles: Son los derivados de asignar un valor económico a factores como estrés, dolor y ansiedad, que suelen llevar a una disminución de la calidad de vida, tanto de los pacientes como de sus familiares. Son subjetivos y, dada la dificultad de asignar un coste económico a los mismos, en la mayoría de los estudios no se los consideran costos de la enfermedad, a pesar de ser los más importantes para los pacientes y sus familias.

Todo esto varía considerablemente en función de la edad, tipo de diabetes, presencia de complicaciones y de otras alteraciones asociadas, pero frecuentes en la diabetes, como ser la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia.

En general en los primeros años de la enfermedad, mientras no existen complicaciones de importancia, los costos son menores y se deben fundamentalmente a medicamentos, visitas médicas y el autoanálisis con el glucómetro, en el caso de las personas tratadas con insulina. A medida que aumenta la edad y los años de evolución, los costes son mayores y predominan los gastos por hospitalización y tratamiento de las complicaciones crónicas.

Las complicaciones agudas, como la hipoglucemia severa, la cetoacidosis, el coma hiperosmolar implican también importantes erogaciones económicas.

Debemos recordar que un adecuado control y la potenciación del autocontrol como herramienta para la prevención de estas complicaciones reducirían costos por descompensaciones agudas.

Lo más caro es el tratamiento de las complicaciones crónicas
Sin lugar a dudas que lo que más cuesta es tratar las complicaciones crónicas, sobre todo la enfermedad cardiovascular, la enfermedad arterial periférica, la enfermedad de los riñones y las lesiones por pie diabético. Es más, existe una relación directa entre el costo por paciente y la presencia de complicaciones crónicas. También es importante tener en cuenta que el costo aumenta a medida que empeora el control de las glucemias. Es así que son más costosos los pacientes con diabetes que tienen niveles de hemoglobina glicosilada A1c más altos.
Por todo lo anterior, la prevención de las complicaciones crónicas con un buen control glucémico, de la presión arterial y de los niveles de colesterol entre otros, contribuye a disminuir los costos directos, disminuyendo también los costos personales mejorando la calidad de vida. Si invertimos en un buen control de la enfermedad desde su inicio, ahorraremos costos a largo plazo y esto está sobradamente demostrado.

Polémica sobre el coste del autoanálisis
El autocontrol es la herramienta más útil con que cuentan las personas con diabetes para mejorar su control glucémico. No obstante, esto solo es cierto si la información que se obtiene se emplea para adoptar modificaciones en el tratamiento, dentro de un programa estructurado en educación.
Por este motivo algunos estudios que han querido analizar si el autoanálisis es costo-eficaz han obtenido datos positivos en el caso de las personas tratadas con insulina, mientras que los datos son contradictorios en el caso de los tratados con antidiabéticos orales cuando no se emplean dentro de ese programa estructurado educativo, y de ahí surge la polémica.

Invertir para ahorrar
Los costos generados por la diabetes son importantes y podrían duplicar los ocasionados por la población que no tiene diabetes. Muchos de estos costos, algo más de dos tercios, son por gastos de atención en salud, y el resto por pérdidas de horas laborales, jubilación precoz o muerte prematura. Estos costos aumentan exponencialmente cuando aparecen complicaciones crónicas. Invertir en las primeras fases de la enfermedad con un buen control de la misma, previniendo la aparición de complicaciones, es una medida que, aunque costosa, ahorraría gastos a largo plazo y mejoraría aspectos no cuantificados, como la calidad de vida de las personas con diabetes.