A veces es difícil distinguir entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, porque esta última tiene una presentación atípica. Es decir, nos encontramos con una persona delgada, que no responde al tratamiento inicial con tabletas para bajar el azúcar, con antecedentes personales o familiares de enfermedad autoinmune. Así que, para hacer un diagnóstico adecuado, medimos unos autoanticuerpos en la sangre. Si uno o más de los anticuerpos están presentes (y especialmente si dos o más son positivos), se debe suponer que la persona tiene diabetes tipo 1 y debe ser tratada con insulina, ya que responden mal a la dieta y tabletas.

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