Ahora que se viene la cuarentena dinámica en Bolivia y que la fuerza de voluntad de muchos se encuentra un poco resquebrajada, se están comenzando a abrir grietas en nuestras fortalezas protectoras del coronavirus. Algunos están dejando a sus hijos salir a andar en bicicleta o jugar con niños vecinos. Otros invitan a amigos a sus casas a tomar algo o jugar cartas. Parejas hacen compromisos de: no veo a nadie y vos no ves a nadie y así podremos vernos.
Durante más dos meses hemos estado encerrados. Nos hemos acercado mediante video llamadas. Hemos reflexionado mucho sobre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. Pero queremos volver ver a los amigos y familiares en la vida real. Queremos volver a trabajar.
Hasta los seguidores más estrictos de las reglas están experimentando fatiga por la cuarentena y tratan de buscar la manera más segura posible de salir o socializar.
La dura verdad es que, así como la abstinencia es la única forma segura de evitar una enfermedad de transmisión sexual, la mejor manera de protegernos del coronavirus es permanecer físicamente separados unos de otros. Pero para muchos, y por una variedad de razones, puede ser un estándar imposible de mantener.
¿Cómo saber si una actividad es de alto o bajo riesgo?
Una regla general es que al aire libre tiende a ser mejor que en el interior, los grupos pequeños son mejores que los grupos grandes y un período de tiempo más corto es mejor que uno más largo.
El riesgo relativo de ver a otros también depende de la prevalencia de COVID-19 en el lugar donde vivimos y la cantidad de exposición potencial que el amigo o familiar que planea ver ha tenido al virus.
El uso de un barbijo disminuye el riesgo de infectarse con el virus si no lo tiene, y de contagiarlo a otros si lo tiene, pero aún no lo sabe.
La idea de seguro o no seguro no es blanco y negro. Es un grado que está influenciado por muchos factores.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.