Al disminuir la velocidad y concentrarse en las cosas básicas, despejará su mente de todo lo que le preocupa. Vuelva a concentrarse realmente en las sensaciones y experiencias: observe la textura áspera de la piel de una frutilla al tocarla y pruebe el jugo agridulce al morder la fruta; cuando su pareja le acaricie la mano, preste mucha atención a la sensación en su piel; y aprenda a concentrarse en tareas simples mientras las hace, ya sean al echar agua a las plantas o planchar la ropa.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.