Para la mayoría de las personas, el alcohol es un acompañamiento placentero en las actividades sociales y, aunque muchas veces tomen en exceso, casi nadie se considera alcohólico.
El alcoholismo es un problema que tiene poco que ver con el tipo de alcohol que ingiera, o el tiempo que ha estado bebiendo, o la cantidad exacta de alcohol que consume. Pero sí tiene mucho que ver con la necesidad imperiosa de beber, que después llega a ser incontrolable.
La verdad es que vivimos en una sociedad alcoholizada, si miramos a nuestro alrededor, resulta difícil encontrar alguna actividad social donde no haya trago y uno se pregunta: ¿por qué tantas personas pueden beber alcohol sin problemas, mientras que otras son totalmente incapaces de controlar sus hábitos de bebida? Se ha demostrado que la vulnerabilidad al alcoholismo es heredada. Pero los factores como las influencias de los amigos y la disponibilidad de alcohol influyen muchísimo.
El abuso de alcohol se diferencia del alcoholismo en que éste no incluye el deseo o la necesidad de beber alcohol, la pérdida de control o la dependencia física. Sin embargo, aunque no sea alcohólico, cuando esta bajo la influencia del alcohol, igual puede hacerse daño o, lo que es peor, hacer daño a otros sin querer.
En este carnaval beba con moderación y disfrute de la alegría de la música y los amigos sin riesgos.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.