Lo mejor es conversar con su médico, y no dejarse llevar por las promesas publicitarias de hacerlo sentir mejor, evitar que se enferme o vivir más. La mayoría de las veces hay poco o ningún apoyo científico para estas posiciones. De hecho, algunos de estos suplementos pueden hacerle daño. Otros son una pérdida de dinero porque no les ofrece ningún beneficio a su salud.