No se sabe cuál es la causa exacta del cáncer de tiroides, pero hay ciertos factores que aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, como por ejemplo:
Sexo: los cánceres de tiroides son más comunes en las mujeres.
Exposición a la radiación: antecedentes de radioterapia.
Dieta: Alimentación baja en yodo.
Antecedentes familiares: ciertas enfermedades hereditarias pueden predisponer al desarrollo de cáncer de tiroides.
Se ha encontrado una variedad de mutaciones genéticas en el cáncer de tiroides. El patrón es diferente en los diferentes tipos de cáncer de tiroides.
Diagnóstico
El diagnóstico de cáncer de tiroides se hace mediante una biopsia.
La biopsia se realiza mediante una aspiración con aguja fina. Se dirige la aguja hacia el nódulo tiroideo para obtener una pequeña cantidad de material que se pueda examinar bajo el microscopio. Muchas veces hay que usar la ecografía para dirigir la aguja con precisión hacia el nódulo.
Cuando el resultado sale «sospechoso», lesión o neoplasia folicular» o “de significación indeterminada”, hay que hacer un test molecular de la biopsia para buscar mutaciones específicas para aclarar si es o no cáncer de tiroides.
Si no hay posibilidades de realizar el test molecular, se procede la a extirpación diagnóstica de un lóbulo (la mitad) de la glándula tiroides como primer paso. Si se confirma la malignidad, en la mayoría de los casos es necesario una tiroidectomía completa (extirpación de la glándula tiroides restante).

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