¿Alguna vez se despertó por la mañana con dolor en la articulación, la cabeza o en los músculos en la región de la mandíbula? ¿O ha notado que sus dientes están desgastados o agrietados? Estos síntomas pueden ser señales de bruxismo. En momentos estrés o ansiedad, algunas personas tienden a apretar o deslizar lateralmente los dientes durante el sueño. Eso es lo que llamamos el bruxismo. Puede ocurrir a cualquier edad, inclusive en los niños. La fricción entre los dientes hace un ruido tan fuerte que molesta a quien esta a su lado en la cama. Pareciera que la persona con bruxismo estuviera mordiendo «una piedra».

El bruxismo provoca un desgaste del esmalte y en casos más acentuados puede producir grietas o incluso romper los dientes. En el aspecto muscular, hay una contracción excesiva de algunos grupos de músculos de la cara, como los que promueven la masticación. La articulación de la mandíbula (une la cara al mentón y nos permite abrir y cerrar la boca), al ser afectada por el bruxismo, puede quedar muy dolorida y hasta «trabarse» dificultando la alimentación. Es muy común que las personas con bruxismo tengan fuertes dolores de cabeza. Y lo peor, la calidad del sueño se ve comprometida y también el buen humor al día siguiente.

El tratamiento tiene dos puntos principales: atenuar los efectos de la fricción excesiva en los dientes, los músculos y la articulaciones de la mandíbula y disminuir, en la medida de lo posible, los niveles de ansiedad y tensión. Se recomienda practicar algún deporte o actividad física, puesto que ayuda a combatir el estrés .

También se pueden utilizar protectores bucales que, generalmente los hace el dentista a medida de cada persona.