Existen más de 200 enfermedades que pueden venir a raíz de una ingesta alimenticia, por ejemplo salmonella en la verdura, E. Coli en las hamburguesas mal cocidas, campylobacter en pollos contaminados, listeria en los panchitos, toxina de botulismo en el picadillo, etc.

Las diarreas provocadas por alimentos contaminados desaparecen por sí solos en unos días, lo importante es estar hidratado. Si tiene fiebre, sangre en las heces o señales de deshidratación ( poca orina, boca seca, mareos) o si tiene diarrea por más de 3 días, lo mejor es acudir al médico.

La primera regla para preparar una comida de manera segura en la casa es: mantener todo limpio.

La regla de la limpieza se aplica a todos los lugares donde se prepara la comida y principalmente a la cocinera. Hay que lavarse las manos con agua caliente y jabón antes de preparar una comida y después de agarrar carne o pollo crudo. Hay que cubrir los cabellos con una pañoleta y asegurarse de que cualquier herida o corte en la mano esté cubierto, porque si están infectados, mejor es alejarse de la cocina.

Es mejor tener limpia el área de preparación de las comidas lavándola con una solución de 1 cucharada de cloro diluida en 1 litro de agua o con agentes de limpieza de cocina comerciales, ya que el agua y jabón son buenos pero puede que no maten  todas las bacterias, y el agua solita limpia la suciedad pero no elimina  las bacterias.

También hay que asegurarse de que los trapos de la cocina y las esponjas se mantengan limpias, debido a que cuando se mojan, alojan a las bacterias y propician su crecimiento. Otro lugar favorito de las bacterias es la tubería del lavaplatos, porque las partículas de comida quedan atrapadas y junto con la humedad crean un ambiente ideal para el desarrollo de los gérmenes.

Hay que usar utensilios limpios y lavarlos entre cada cortada de los diferentes alimentos. Nunca hay que colocar una comida en un plato sucio o que ha estado en contacto con carne cruda. Las frutas deben ser lavadas con agua caliente, si es necesario se puede usar un cepillo para remover las suciedades.

La segunda regla para preparar las comidas es: mantener la temperatura correcta, o sea mantener las comidas calientes, calientes, y mantener las comidas frías, frías.

Hay que asegurarse de que la carne está completamente cocida. No hay que comer el pollo que sea de color rosado por dentro.

Las bacterias que causan enfermedades crecen en temperaturas ente 4 y 60 ºC. Las comidas cocidas que han estado en estas temperaturas por más de dos horas no deben comerse. Las comidas que se calientan deben ser llevadas a una temperatura de por lo menos 74 ºC. Las comidas frías no deben estar en el medio ambiente sino en el refrigerador o en una bandeja con hielo (especialmente cuando hace calor).

Los alimentos que sobran después de comer, deben ser guardados en el refrigerador en el plazo máximo de dos horas. Después de ese tiempo mejor es no ingerirlos porque aún pequeñas cantidades de comida contaminada pueden causar enfermedades. La carne debe ser cortada en pedazos pequeños para que el frío penetre adecuadamente. Las sobras deben ser utilizadas en 3 a 5 días.

No hay que dejar la carne, pollo o pescado congelado a temperatura ambiente porque las bacterias se multiplican rápidamente. Lo mejor es moverlos del congelador al refrigerador por uno o dos días o descongelarlo en agua fría y cambiar el agua cada 30 minutos. El cambiar el agua asegura que la comida se mantenga fría, un importante factor para retrasar el desarrollo bacteriano en las partes que ya ha empezado ha descongelar. Nunca hay que probar una comida que parezca “pasada”.

El calentar y recalentar apropiadamente las comidas probablemente mate las bacterias. Pero algunas bacterias producen toxinas que no son destruidas por el calor como ser estafilococo, que se desarrollan a temperatura ambiente después de dos horas.

Aunque el agua caliente es cómoda para lavarse las manos, no es suficiente para matar las bacterias, mejor es agua caliente con jabón.

Los refrigeradores deben estar a 5ºC o menos, para evitar el desarrollo de la mayoría de las bacterias. La temperatura no mata a las bacterias, pero sí evita que se multipliquen y mientras menos son, menos posibilidades de enfermarse. A 18ºC bajo cero, ya no hay desarrollo bacteriano, pero no mueren las bacterias que ya están presentes.

La sal es considerada un antibacteriano porque restringe el crecimiento de las bacterias en muchos alimentos, disminuyendo la cantidad de moléculas de agua libre, sin estas, las bacterias no pueden crecer bien.

Estas son reglas para ser cumplidas, caso contrario corremos el riesgo permanente de sufrir una infección bacteriana.