1. Las verduras como la espinaca, la lechuga, el brócoli, los espárragos o el repollo. Estos alimentos son ricos en ácido fólico, que es un nutriente especialmente importante para el bebé en desarrollo. El ácido fólico es esencial para la formación del tubo neural, que en el futuro se convertirá en el sistema nervioso central.
2. La carne roja, yema de huevo y el frejol. Estos alimentos contienen hierro, que es un nutriente importante tanto para la futura mamá como para el bebé. Ambos necesitan una gran cantidad de hierro, que es esencial para la formación de hemoglobina y que se encarga de transportar el oxígeno a través del cuerpo. Las madres tienen el metabolismo super activo para satisfacer sus propias necesidades y las de su hijo. Además, los bebés deben estar bien oxigenado, puesto que están en el proceso de formación de todos los órganos y sistemas.
3. Fibras. Alimentos ricos en fibra como la linaza, granola o frutas, ayudan a la función intestinal. Las mujeres embarazadas tienen una tendencia natural al estreñimiento. Sobre todo después del segundo trimestre, cuando el bebé ya es más grande, puede comprimir el intestino de la madre, haciendo más difíciles las evacuaciones.
Las mujeres embarazadas no deben comer por dos en cantidad, sino más bien en calidad.

Endocrinólogo, transplantado renal, columnista de salud, convencido que las palabras y las acciones pueden cambiar el mundo.